Soy un mediocre. Más allá de lo que yo entiendo, no entiendo nada. No me imagino otra vida, otra forma de ser, de percibir las cosas, las ideas, los sentimientos… Mi baremo soy yo y todo lo que no entre ahí, no sirve, no existe. Me burlo. Yo sí sé, los demás no.
Y así voy por la vida, “repartiendo” al personal, que es, siente y piensa diferente a mí. Personas que me respetan y respetan su profesión. Personas cabales que no cobran más por aconsejarme bien. Personas a las que insulto con las sandeces que salen de mi boca, que ni las pienso. Pero es que no sé lo que digo, ni lo recuerdo después, simplemente hablo y hablo, sin límite, a perpetuidad. Quizás, para esconder que soy un mediocre. Que no tengo ni idea de lo que quiero ni tan siquiera de para qué lo quiero.
Pero a mí nadie me gana. No voy a escuchar. No quiero saber. No me interesa. Que se jodan con mi ignorancia y conmigo, que me aguanten. Y sí, que se enteren de una vez, qué pasa! Soy un mediocre.
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